Caminando por iturrama

Me gusta el camino hasta la facultad. No voy a mentir tampoco y decir que no me da pereza salir de mi casa para bajar a clase, pero es un camino agradable.
Vivo en plena calle Iturrama, por lo tanto, tampoco es un camino muy largo. De hecho, no tiene su encanto hasta que te fijas en él. Quizás es porque tengo cierto apego a la naturaleza, pero salir a la calle y ver estos árboles que sin duda son los protagonistas de la calle me animan. Me impresiona ver cómo suben hacia arriba buscando el sol que les pueda llegar entre los edificios.



Siempre me han gustado estos árboles porque además, son el preludio del parque al que me dirijo: Félix Uharte. Este parque es uno de los más conocidos del barrio y me gusta especialmente porque hay algo que lo distingue del resto de parques.
¿Qué tiene este parque de diferente? Simplemente cierra de una manera casi perfecta la zona de edificios. Atraviesas el parque y te encuentras con la carretera y no puedes andar más allá. Cuántas veces me habré sentado en las estatuas del final del parque con mis amigas y habré visto el atardecer. Y si, suena muy cursi, pero son esas pequeñas cosas que te da la naturaleza y que no se pueden comprar.



Y si de verdad queremos ir más allá de la variante para llegar a la universidad no nos queda otro remedio que acercarse a la gasolinera y adentrarnos en el túnel. Desde primero de carrera me ha pasado una cosa muy graciosa con este túnel. Cuando entro a él hace una temperatura y cuando salgo ha cambiado totalmente o incluso este túnel me ha llegado a apagar los cigarros. Ese cigarro que te fumas mientras vas a clase tan a gusto... es llegar a ese túnel y olvídate de él, no se va a encender.


Por último no voy a ir a lo fácil y enseñar una foto de la explanada de la facultad. Todos la tenemos muy vista. La última foto siguiendo, la temática de la naturaleza, está "el arbol de las estaciones". No creo que nadie más lo llame así, pero tampoco espero que mucha gente se haya fijado en él. Es un árbol que no llama tanto la atención como ese enorme pino que está detrás de la parada de villavesa, sólo está al lado del camino. Me gusta tanto porque refleja muy bien el paso del tiempo. En cada estación que pasa está diferente y son cambios que acompañan también de cierta manera a nuestra vida académica. Entramos en primero de carrera sin conocer muy bien el ambiente y a medida que va pasando el tiempo somos como ese árbol que sigue estando ahí afrontándolo todo y en el que se ve cómo todo lo que pasa le deja huella.


Me gusta pensar que soy como este camino. Diferente, natural, lleno de vida. Que igual que estoy llena de anécdotas también tengo mis momentos de reflexión.

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