Perspectivas
Hoy me adentro en el Museo de Navarra con una misión: encontrar los detalles en los que nadie se fija, cambiar la perspectiva con la que uno visita un museo. No voy a entrar y seguir el orden marcado.
Empiezo desde fuera, pero no desde la entrada. Salgo a la azotea y me imagino que soy la primera persona subidendo aquí. Siento como la niña dentro de mí sale para descubrir este sitio y sus vistas por primera vez. Me asomo a ver el paisaje, me agacho para fijarme en los detalles del suelo, me subo a esos bloques de hormigón. Cambio mi perspectiva porque quiero conocerlo todo. Pero no puedo quedarme ahí eternamente, la vida es cambio y yo necesito cambiar de ambiente.
Bajo a otra planta, no me importa cual sea porque lo que me importa es el camino hasta ahí. Escaleras, pero estas escaleras ¿suben, bajan o estan del revés? Todo es cuestión de perspectiva.
También me encuentro con un montón de fotografías. Colgadas, en vitrinas y ¿en el suelo?
Son reflejos, pero en ellos se puede ver perfectamente la misma imagen que está colgada. Al fin y al cabo, sólo es cuestión de perspectiva.
Y al final, sin esperarlo ni planificarlo llego a uno de mis autores favoritos: Antoni Tàpies. La manera en la que se expresa es increíble. Trasmite mensajes que duran generaciones. Es el ejemplo de este cuadro que lo pintó en la transición y parece que lo hubiese pintado hace unos meses.
Y engancha y te invita a acercarte. Ver los relieves, los diferentes materiales utilizados. Admirar el color. Cambias la perspectiva y viajas a otro mundo, descubres cuadros dentro de cuadros.
Hasta que llegas al final.
Películas y más películas con sus personajes diciéndote hola y adiós a la entrada del museo. Siendo partícipes de tu experiencia.
Empiezo desde fuera, pero no desde la entrada. Salgo a la azotea y me imagino que soy la primera persona subidendo aquí. Siento como la niña dentro de mí sale para descubrir este sitio y sus vistas por primera vez. Me asomo a ver el paisaje, me agacho para fijarme en los detalles del suelo, me subo a esos bloques de hormigón. Cambio mi perspectiva porque quiero conocerlo todo. Pero no puedo quedarme ahí eternamente, la vida es cambio y yo necesito cambiar de ambiente.
Bajo a otra planta, no me importa cual sea porque lo que me importa es el camino hasta ahí. Escaleras, pero estas escaleras ¿suben, bajan o estan del revés? Todo es cuestión de perspectiva.
También me encuentro con un montón de fotografías. Colgadas, en vitrinas y ¿en el suelo?
Son reflejos, pero en ellos se puede ver perfectamente la misma imagen que está colgada. Al fin y al cabo, sólo es cuestión de perspectiva.
Y al final, sin esperarlo ni planificarlo llego a uno de mis autores favoritos: Antoni Tàpies. La manera en la que se expresa es increíble. Trasmite mensajes que duran generaciones. Es el ejemplo de este cuadro que lo pintó en la transición y parece que lo hubiese pintado hace unos meses.
Y engancha y te invita a acercarte. Ver los relieves, los diferentes materiales utilizados. Admirar el color. Cambias la perspectiva y viajas a otro mundo, descubres cuadros dentro de cuadros.
Hasta que llegas al final.
Películas y más películas con sus personajes diciéndote hola y adiós a la entrada del museo. Siendo partícipes de tu experiencia.









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