El costumbrismo de lo analógico


Calle del barrio de Chiado, Lisboa
Calle del barrio de Chiado, Lisboa - Kodak Funsaver

El hecho de que todas las modas vuelvan no es novedad. Nos gusta recordar todo aquello que nos lleva a otra época, todo lo que nos produce nostalgia y que nos gustaría tener de vuelta. Nos trae buenos recuerdos y nos hace apreciar más la simplicidad de la vida. 

Es en este momento en el que reaparece lo analógico y desecha la idea de perfección. Mientras que con las cámaras digitales y teléfonos móviles nos hemos acostumbrado a sacar diez fotos de una toma para aumentar las posibilidades de que una imagen nos sirva para publicar, lo analógico nos permite inmortalizar momentos únicos, especiales, pero muy alejados de lo idílico. 

No voy a mentir, soy de esas personas que tras jugar con cámaras analógicas cuando era pequeña y ahorrar para comprar una réflex digital, apostó años más tarde por un aparato estilo polaroid. Lo que me llamó a ello fue el recuerdo de una fotografía de un cumpleaños en la guardería. Una imagen totalmente genuina del disfrute, de un instante que no se busca.

Con esta idea en mente empecé a interesarme por la fotografía analógica y aproveché unas vacaciones para comprar una cámara desechable, como las que nos daban nuestras familias cuando nos íbamos de campamentos y solo teníamos unas 30 fotos con las que recordar esos días. Pensándolo en este momento parece algo ridículo tener solamente esa cantidad de imágenes y creo que eso es lo que hace a este tipo de fotografía algo aún más especial. Toca elegir qué fotografiar, cómo fotografiar.

Monasterio de los Jerónimos, Belem, Lisboa - Kodak Funsaver
Se trata de disfrutar de la fotografía, además del momento. Es un plus que se añade y que cuando recibes la sorpresa de descubrir cómo han salido las imágenes, te lleva de vuelta a ese lugar, a esas personas, olores, sensaciones. Es ese costumbrismo lo que atrae a tantas personas a este tipo de fotografía. Son las escenas cotidianas, las que cobran un aire especial, de recuerdo, más que de exposición de museo. En mi opinión volver a disfrutar de las escenas corrientes, volver a dar valor a lo habitual es lo que hace que experimentar con lo analógico sea aún más divertido. Hay que dejar de pensar tanto en si la imagen va a quedar perfecta, ¿qué más da?, ¿te provoca alguna sensación ese momento?, ¿Vas a querer recordarlo salga como salga?

'Selfie' analógico en una para del tranvía de Lisboa - Kodak Funsaver
 
Vistas del pantano de Eugi, Navarra - Kodak Funsaver

Día en la finca con 'error' en la parte inferior - Ricoh XR-2S
Si bien es cierto que requiere una inversión de tiempo y dinero, a mí me resulta recompensada al ver el resultado. En este aspecto, es importante tener claro que no todas las fotos van a salir bien las primeras veces ya que estamos muy acostumbrados un encuadre diferente o a que la cámara siempre capte bien la imagen sea cual sea la luz que reciba. En resumen, a que un aparato haga los ajustes de manera automática.

En este punto también se puede mencionar lo que a mí me gusta llamarlo 'el filtro analógico', que por mucho que se intente imitar nunca va a salir igual. Los colores de la imagen que salga van a depender mucho de la cámara y del carrete que se utiliza. En mi caso, que son las imágenes de esta entrada, he utilizado carretes de la marca Kodak que de lo poco que he podido probar por el momento son los carretes que suelen saturar más los colores y son muy buenos para imágenes con mucha luz. 

En las fotos de Portugal en verano he utilizado la cámara desechable Kodak Funsaver, que viene con 39 exposiciones y un botón para activar el flash. Para el resto de imágenes he utilizado una cámara Ricoh XR-2S, que era la cámara réflex de mi madre, fijaos lo que duran este tipo de cámaras en perfecto estado. El carrete elegido para esta cámara es el Kodak Color Plus 24/200. Es uno de los más valorados para alguien que recién ha empezado con este tipo de fotografía por  el ISO que utiliza y, como he mencionado, los colores que proporciona el resultado.

Día soleado en la finca, colores saturados - Ricoh XR-2S
Catedral de Burgos - Ricoh XR-2S

Paseo por Bilbao, junto al Teatro Arriaga - Ricoh XR-2S
Todavía tengo mucho que aprender y no es un proceso que vaya a hacer sola precisamente por esas personas que me acompañan en este redescubrimiento del costumbrismo. A pesar de no tener todavía mucho que mostrar, sí que veo importante reflexionar sobre el significado que le damos a nuestro día a día. Para mí, en este caso, es disfrutar de ese filtro analógico y redescubrir todo aquello que tenemos delante para prestarle la atención que se merece. 

¿Que opináis vosotros del auge de lo analógico? ¿La vuelta del costumbrismo os convence? Abro el debate en los comentarios, en redes (me podéis encontrar en todas por @Itsasomh) y por supuesto, si alguien quiere una copia de alguna imagen, me la puede pedir sin problema. ¡Nos vemos pronto con más aventuras!

Itsaso Molinero Hernández

Comentarios

  1. Gran verdad! Lo analógico te da momentos únicos, aunque la foto no esté o sea perfecta.

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    1. ¡Totalmente de acuerdo! La fotografía analógica nos hace valorar las imperfecciones y apreciarlas :)

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  2. Muy interesante esta reflexión que planteas, el amor por los instantes genuinos del día a día

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